No
hay nada más bello que una ciudad con río. Para mí
Paris es el Sena. Y para el propio París creo que también.
Y al revés, no hay nada más triste que una ciudad sin
río. O sin mar. O sin una carretera algo importante.
Madrid
se ha obsesionado por eso con su Manzanares. Ha hecho lo imposible
por mantenerlo río. Al contrario que València. Mi
ciudad nativa renunció a su río sin ningun
remordimiento. Quizá porque tiene el mar al lado. Y es un
mojón importamte desde la Vía Augusta
A
caído un agua impresionante esta tarde. El MacDonald estaba a
tope. Más de refugiados que de clientes. Qué bien se
está aquí dentro con la wifi , un café calentito
y una música de Nueva Orleans que jamás la habría
seleccionado yo tan buena. Sin embargo hay que haber hipotecado buena
parte del paladar mediterráneo para acostumbrarse a esos
sabores.
Y
pensar que hay quien me dice que estaría mejor en mi casa. Con
este otoño sinvuergüenza que no baja de 12 grados aquí
en Paris. En Madrid, extrañamente, hace algo más de
frío. Llueve que apetece mojarse como en la selva. Ayer me
desprendí de la techumbre de la tienda en un gesto de generosa
ofrenda a la diosa del río. Cómo se iba con la
corriente tan dulcemente flotando. Nadie se lo creerá pero me
sentí alegre de quedarme a la intemperie. Más a merced
aún de una Naturaleza que me cuida como una madre. Y que me
quiere como a los pájaros. Libre y viajero. Por cierto no veo
que hayan emigrado algunos pajarillos que a estas alturas ya no
debían estar por aquí. ¡¡¡Esto es
Paris...!!! Uy, me voy a cubierto que empieza un chaparrón
tipo gota fría aquí en el Pont Neuf. Al llegar a Paris
Nord estaba acordonada una vía con polis y militares. Los
registros son más exhaustivos. Algo gordo se espera. Pero a mí
me pasará lo que sea en Madrid. Cerca de mi Mercadona que tan
bien me alimenta y mi taller de cerámica con Jany. Me gustaría
también decir cerca de mis amigos. Pero no los hay. Los
madrileños y madrileñas huyen como la peste de alguien
que piensen ellos que necesita algo. En mi caso una vivienda. Estan
muy quemados. Enfin, me quedo solo. Con soledad. Lo que no sabe nadie
es que Soledad es mi mejor amante. No se lo imaginan. Hoy me han
hecho quitarme hasta los zapatos en el control del aeropuerto. Me
pitaba por los botones del pantalón. Casi me dejan en
calzones. Menos mal que no he tirado todo el pan nos tienen aquí
hasta las 13h. Dicen que en Madrid hay problemas con la niebla. En el
aeropuerto los bocatas salen por un ojo de la cara. El pefume me sale
gratis. Me hago el tonto por la perfumería y me perfumo con
las muestras de Obsesion, etc. los perfumes más caros de
Paris. Me gusta mezclar los perfumes de macho y de hembra para oler
un poco a todo.
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