dissabte, 29 de setembre del 2012

1808



A mí me preocupa más saber dónde estuvo en realidad la montaña de Príncipe Pío. Me interesa más saber dónde se produjeron los fusilamientos. Y porqué se despita al personal. Me interesa saber el porqué de la deslocalización de un acontecimiento tan fundamental en la historia de España. Quizá lo podré relacionar algún día con otra deslocalización :  la duplicacion insultante de la ermita de San Antonio de la Florida que sacó del templo los restos de Goya y su arte.
 Aunque no renuncie a conocer detalles sobre cómo murió desangrado Daoiz “en el mismo sitio donde cayó herido” (1,XII).Quisiera saber porqué se falsea la realidad de esa localización fundamental en la historia de España. Igual me lo aclara el texto que comienzo a leer. Y quizá muchas más cosas. He aprendido a leer entre líneas. Es decir, a descubrir leyendo lo que alguien quiere decir, y también, y a la vez, lo que no quiere decir.Me da la impresión de que ambas cosas son importantes en el texto.

Para ello es necesario un background considerable. Una especie de pantalla muy clara sobre la que proyectar los objetos que se dan a conocer y moverlos y descubrir facetas ocultas que solo sobre esa pantalla destacan con claridad.

Eso es lo que yo hago mientras la mayor parte de mis conciudanos se ocupan de jugar al bingo o pasar el rato con una partida de cartas. O al ajedrez.Y me miran como a un bicho raro.

Yo tejo mi pantalla sobre la que proyectaré después las medias verdades que normalmente se ofrecen – por manipulación o por ignorancia - y las descubriré completas. Y ello aunque mi interlocutor no quiera. Porque no puede impedirlo.

Bueno sí, existe una manera de impedirlo – y no tengo ningún temor en desvelar el secreto -. Ensuciando mi mirada. Porque para usar con eficiencia esa pantalla es necesaria una mirada limpia. 

Pero eso ya depende de mí : esa es mi mayor defensa. Depende exclusivamente de mí. Es mejor defensa que las mejores murallas renacentistas. Sólo yo poseo la llave. La podría lanzar al lodazal algún día – y yo detrás - , ciertamente, pero procuraré que eso no suceda nunca.

Bibliografía.-
1.- 1808, El dos de mayo, tres miradas,2008, Fundación Dos de Mayo. Nación y Libertad, Espasa Calpe, Pozuelo de Alarcón-Madrid.

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